Las Enfermedades de Transmisión Sexual son particularmente importantes en la población joven, ya que algunas de ellas pueden dejar secuelas que afecten a una fertilidad futura (clamidia, gonococo en forma de enfermedad inflamatoria pélvica), e incluso transmitirse a la descendencia tales como los condilomas y la papilomatosis faríngea, la sífilis, la infección por clamidia y las hepatitis víricas o VIH.
Estas infecciones engloban una gran variedad de agentes etiológicos, y en muchas ocasiones cursan con ninguno o pocos síntomas, que pueden pasar desapercibidos o confundirse con otros procesos más banales (infección por Clamidia Trachomatis, ureaplasmas, mycoplasmas, gonococo, o incluso el herpes genital).
En términos generales el diagnóstico se realiza o se orienta con bastante fiabilidad, gracias a la consulta y exploración del especialista, entrenado en reconocer aquellos síntomas más significativos, en caracterizar las lesiones que puedan existir en la exploración, y conocedor de las distintas técnicas complementarias de laboratorio.
En la mayoría de las ocasiones también es necesario orientar al diagnóstico de la pareja sexual, e incluso prescribir tratamiento, y valorar si es posible alternativas para las recaídas.
En el diagnóstico diferencial se incluyen enfermedades o síntomas extragenitales, ya que en algunas ocasiones, enfermedades reumáticas, digestivas, etc., pueden generar lesiones sospechosas de ETS sin serlo. Por ello, en esta consulta se estudiará la clínica que presenta la paciente de forma integral.
En dicha consulta se realiza: